domingo, 7 de noviembre de 2010
Alcalá de Henares
I
Alcalá de Henares,
entre Camarmilla y Torote,
campo laudable
por largo tiempo y goce
provea y se dote.
Ciudad de mártires y santos,
devotos píos y doctos,
iglesias y conventos
de muy compuesto
tono y ordenamiento.
Estudiantes y manteístas,
letrados, pancistas y juristas
doctores, teólogos y vicarios
con beca y birrete tocados,
gloriosa universitas,
pícaros declarados.
En cuarteles y presidios
tornan sus doctos patios
ausentes y desamortizados,
después que centro tan ilustrado
fuese clausurado por absolutista
y trasladado a la capital
en nueva complutense postiza.
Para acabar con el expolio,
su desmoronamiento y ruina,
la Sociedad de Condueños,
heroicos ciudadanos del patrimonio,
gracias a su razón y dinero,
salvaron tamaño tesoro de la inquina.
Siglo XX trepidante,
a mitad, del campo emigrantes,
obreros en el andamio,
en las fábricas operarios,
nueva sede de estudiantes,
guiris y funcionarios.
Polacos y rumanos,
ecuatorianos y guineanos,
turistas y los clásicos
en el corral representados.
Cervantes, Cisneros,
Azaña y el mako.
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