lunes, 10 de mayo de 2010

Aleluyas finas de las gloriosas hazañas y desvelos de Juan Martín Díez, El Empecinado

by Emo
Capítulo II

Cuenta la tradición
que la violación
de una joven en el pueblo
por un dragón francés,
el Empecinado vengó
con una muerte sin cuartel
y le obligó a tomar las armas
para que no lo apresaran a él.

Forma disciplinada partida
como corso terrestre
y paga la soldada diaria
a todo el que tomase
las armas en socorro de la patria,
llegando a tener más de 5.000
hombres bajo su disciplina.

En 1808 pronto es reconocido
y combate en el ejército
regular del general Cuesta
por el centro de la meseta.
Pero los celos y envidias
de un mando con tan poco acierto
como combate expuesto,
llevan al Empecinado
a batallar según su criterio.

En Burgo de Osma es apresado
delatado por un mendigo de su pueblo,
Nicolás el Coco, que lo entrega
al corregidor afrancesado,
pero se fuga ayudado
por otro preso, antiguo colega
de las guerras del Rosellón
francés y de Aranda zapatero,
Cambea apodado.




El delator y traidor al Empecinado
fue vengado por Esteban,
carnicero y patriota del Burgo,
que le encuentra y lo cuelga
delante de la casa del corregidor
con un letrero que reza:
“¡Venganza contra los que han vendido
al Empecinado!
Este es el número uno”;
y ya en el pueblo no hubo
quien quisiera ser el próximo numerado.

(continuará)

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